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Hoy, estuve visitando a un amigo del alma en el hospital. Pasa que la vida se empeña en hacerle ver, que es tan mortal como el resto de la humanidad. Y lo digo así, por que ese amigo que en estos momentos convalece en un hospital, es uno de los seres humanos más nobles que he conocido jamás.
De el, he aprendido a ir mas halla de lo evidente, y es que su mente no tiene limites, por que posee una inteligencia brutal, pero de el he aprendido además, que la inteligencia es circunstancial, es decir, la traemos o no y ya, pero lo que hacemos con el corazón utilizando esa inteligencia como instrumento, es otro cantar.
Posee también una capacidad de ver el alma de la gente con solo observarla. Ya perdí la cuenta de las veces que discuto con el las cosas que me dice de algunas personas, por que Yo soy de los que tengo que ver la evidencia del crimen, de otro modo no lo creo, pero el conoce a la gente sin pasar por ese desfile de evidencias que la mayoría- diría Yo- espera para conocer sobre otros.
Observarlo indefenso, me hizo pensar en lo mucho que me haría falta su apoyo, sus chistes complicados, esa capacidad para destronar iconos, que a veces me hace reír con vergüenza de hacerlo. Mi amigo es admirado por su mente, por mucha gente, pero esa gente ignora su dolor, ignora que el prefiere que lo vean a los ojos, y vean a un ser humano, que siente, que llora, que ama tan intenso, que le duele físicamente.
Estando hoy, en un centro comercial, me encontré con uno de ellos, le dije de mi amigo, y lo hice muy a propósito, por que quiero que sepan de el en su gloria, esa que adoran a ciegas y también de su miseria, de esa que lo hace humano y el ser maravilloso que es.
Mi amigo esta mal del cuerpo, pero tiene un alma tan fuerte, que aun estando casi sin sangre en sus venas, sin fuerza en sus pies, es capaz de reír, de hacerme comentarios geniales y de recordarme que cuando se ama, no existen barreras, ni aquí, ni mas halla.