A los 40 añitos
Ya tengo cuarenta añitos, así es, cua-rennn-ta. Coño. Y lo mejor, es que no me dolió. Lo malo: que los cincuenta se ven más cerca-perdonen los cincuentones-y eso asusta, no por que sea el fin del mundo, pero de que esta a la vuelta de la esquina, ¡¡¡Uff!!! ¡Ay virgen!, estoy escuchando a Silverio Pérez, anunciar el AARP, ¿Será un mensaje?
Raudo y veloz, ese mismo día me encargue de hacer un ensayo de prueba, a ver si todavía las cosas estaban en su lugar. El resultado fue positivo, Yesss!, no necesito aun ayuda azul.
Lamentablemente, trabajo con gente menor que Yo, que se encargan de recordarme sin pausa, que no cumplí veinticinco si no (40) y que debería ya comportarme como un viejo que soy, por supuesto que Yo me encargo de mandarlos al carajo y recordarles, que su día llegara, y entonces, sabrán que cuando uno es joven de espíritu, no se siente igual la realidad física.
Cumplir años es un proceso extraño, pienso que mas que cumplir años, asumimos la edad, mas por presión social, que por que en realidad sintamos la edad. Claro que hay personas que en capacidad y madures, dejan mucho que desear, porque no hay congruencia entre la una y la otra. Y de esos hay demasiados.
Yo desde los (19) años tengo canas-sea la madre-y me ha tocado verme mayor antes de tiempo, ahora hasta donde te conté me salen canas, ¡no es gracioso!, pero que remedio tengo, supongo que para los cincuenta, pareceré un algodón.
Los dejo, que me tengo que poner NOXEMA.