jueves, diciembre 07, 2006

(la imagen es tomada de cosumer.es)
Yo tengo la razón y punto.

Yo siempre quedo sorprendido, de la fuerza o poder que tienen las palabras en todo el ámbito social, ciertamente como herramientas que son, al igual que cualquier otra, se puede hacer bien o mal con ellas.

Para mi las palabras son como un destello de luz, según la fuerza de su origen, así de lejos llegara y perdurara. Pero en cuestiones interpersonales, es bien difícil medir todo el tiempo, con cuanta intensidad, decir lo que tenemos que decir. Mucha gente suele tomarse muy en serio todo lo que le llega a los oídos, según el interlocutor. Y se forman cada clase de conflictos, que a veces me causa estrés. Y es que yo pienso que lo dicho, aunque sea erróneo, no necesariamente debe tomarse como una declaración de guerra. Todos cometemos errores de apreciación y partiendo de ahí, lo que hoy decimos, mañana quizás ya no forme parte de nuestro pensamiento.

En mi trabajo, tengo dos compañeros en un conflicto que ejemplifica, lo que digo. El, es un tipo inmaduro y tiene poco tacto al hablar, despotrica y vocifera cada vez que se le antoja, para quienes lo conocemos, lo mandamos al carajo y seguimos el camino, como si con tigo nada que ver, pero llego ella, nueva, GI, sensible y muy estricta en sus cosas, y pracatan, se formo la grande.

Debo confesar, que Yo hay veces que según el día, tomo las cosas mas o menos en serio, pero me gusta en la mayoría de los casos, conversar con la persona del conflicto, por que pienso que es la manera adulta de hacerlo.

Lamentablemente hay muy poca gente dispuesta a tener una conversación adulta, renunciando a la posibilidad de resolver conflictos innecesarios. La idea errónea de que en los conflictos hay ganadores y perdedores, hace que algunas personas sencillamente no estén dispuestas a “perder” tronchando así la posibilidad de crecerse ante los ojos de los demás y de si mismos.

Una disculpa, no hace menos a nadie, según Yo lo veo, te hace digno y humano. Es ese momento de reflexión y entendimiento, en el cual nos damos cuenta de que no siempre estamos correctos en lo que pensamos y que si lo estamos, debemos aprender a comunicarnos con una mente más abierta y dispuesta.

Encontre esta pagina (consumer.es) que habla de los conflictos precisamente.

lunes, diciembre 04, 2006


¿A quien debo felicitar?


Hugo Chávez gano las elecciones en Venezuela, y ¿que debo Yo celebrar por ello?

¿Acaso que la libertad de prensa en un país, no es mas que un estorbo para la “obra gubernamental”?

¿Será que la libertad de expreción de un pueblo, en este caso Venezuela, vale menos que un barril de petróleo?

Para mi no es gracioso, ni razón de jubilo, el que un orangután como Hugo Chávez, gane las elecciones, aun cuando hay una supuesta mayoría que lo respalde.

Pero eso no es de extrañar, también a Fidel Castro, o debo decir, el nefasto Fidel Castro, gano por una “mayoría de apoyo” y hablando del diablo, cabe preguntarse, ¿Por qué Hugo Chávez venera tanto a ese dictador? ¿A que se debe que el reelecto presidente le dedicara el triunfo a Castro? La respuesta es clara como el agua, o debería decir, turbia como agua sucia.

El movimiento independentista de nuestro país, tiene casualmente la misma veneración por el dictador cubano, ¡esto me confunde! He escucha de labios de los cubanos que han llegado ha nuestro país, la manera infrahumana en que viven en Cuba y no puedo entender como hay gente en este mundo que prefiera eso, a vivir sin las libertades básicas, probablemente, sea gente que no lo han vivido en carne propia.

Un presidente, que hiere de muerte las estaciones privadas de televisión, y persigue ha aquellos que no piensan como el, es UN FUCKING DICTADOR, no pare mas. Conozco a varios venezolanos y ninguno quiere a Chávez en su país, de igual modo conozco a varios cubanos y ninguno quiere a Fidel. Entonces, ¿Cuál es la admiración que le tienen algunos aquí a esos elementos nocivos para los pueblos?

Esa idea romántica del vengador de los oprimidos, solo existe en libros, en la vida real, solo existen oportunistas y ambiciosos como los que ya arto mencione. La pobreza es mala consejera, esa es la verdadera razón de dichos triunfos. Cuando se le llena la barriga a gente pobre y sin cultura y se le llenan los ojos con la promesa de un futuro mejor, se obtiene un poder sin igual, poder que permanece, mientras permanece la promesa y las “ayudas de buena fe” que provee el gobierno.

Que mal nos va.