jueves, abril 05, 2007



666 razones.

Últimamente se ha suscitado un escándalo, a estas horas ya internacional, sobre el auto proclamado Salvador de la humanidad. El Jesucristo boricua-lo que faltaba-parece estar creándoles un fuerte dolor de cabeza a muchos líderes políticos y religiosos de varios países latinoamericanos. Su prepotencia no deja de ser algo conocida en el ámbito político.

Por supuesto que los líderes religiosos no se hicieron esperar, para unirse a la línea de frente, contra lo que parece ser un peligro inminente a la fe y a la “moral” de los pueblos en donde el payaso de Ponce, arriba con todo su séquito de morones.

A mí el tipo no me causa ninguna preocupación, mi preocupación es la cantidad de gente que existe con una fe tan fina y tan frágil, que a la menor provocación y sin atisbo de razonamiento, se unen a cualquier charlatán con un poco de talento y un mucho de locura.

A mí me preocupa más, la debilidad de las instituciones que supuestamente, deberían estar a cargo del lado espiritual de los pueblos y que obviamente están fallando en su propósito, o quizás en sus métodos. Métodos que por cierto, carecen de actualidad, por que la humanidad ha cambiado y su forma de ver su espiritualidad también.

El “Salvador de Ponce” a desempolvado una realidad que ya no admite estar en las sombras y es que la fe, de la que tanto hablamos, especialmente en países latinoamericanos, está en crisis y seguirá así hasta que la instituciones de la fe, se deshagan de los viejos recursos y comiencen a hablar en el idioma del siglo veintiuno.

Cerrarle el paso al “Jesucristo” no evitara que la gente se una a él u otro con la misma clase de sicología. De ser ese el método para zafarnos de elementos perjudiciales, serian muchos los que tomarían ese barco. ¿Acaso no?