Rito
S iempre llegas tan tímida, me observas vacilante, cristalina, destellante, nunca sabes el rumbo a tomar, solo continuas. A veces llamas la atención abrazando mi mirada, que traviesa que te pones. Siempre he sabido que estas presente en todo cuanto vivo, cuanto siento, ¿acaso tienes remedio?. Me acaricias el rostro, dibujando el contorno, con la ternura que solo tu sabes dar, tibia, fresca, grácil.
Confieso que a veces soy muy brusco, y te separo tan pronto llegas, es que mi orgullo me traiciona, tenerte frente me vulnera, y eso es algo que no muchos entienden. Quizás le temo a la burla, a este complejo en género, que me oculta en manto de bufón. No me hagas caso, insiste, ¡que rayos!, siempre deseo tu compañía, bueno, no siempre te confieso.
Cuando llegas tras tu rastro, me escuchas cantar, si, esa melodía que amas, la que te hace brillar al sol, sabes de sobra el bien que me hace, ¡sabia que eres!. A veces te canto hasta quedar sin voz, sin aliento, entonces me duermo, abrazado a ti.
Cuando llegas tras tu rastro, me escuchas cantar, si, esa melodía que amas, la que te hace brillar al sol, sabes de sobra el bien que me hace, ¡sabia que eres!. A veces te canto hasta quedar sin voz, sin aliento, entonces me duermo, abrazado a ti.