¡Hoy!
H oy camine en compañía silente; mi sombra celosa, alargo sus pasos en señal de protesta. No tuve tiempo de explicarle. Olvida siempre la visita, esa que me toca a la puerta del cansancio, que me abraza sin forma, sin materia. Casi llego al agrado, al acomodo, pero arde, arde mucho. Me dice que soy testarudo, que debo aceptar lo liviano, lo burdo, lo sencillo, también que me levante, que luche sin tregua, con dientes y uñas. Visita extraña esta, a veces parece saber todo de mi, otras veces absolutamente nada. Doble filo, con miel en ambos extremos, así la siento. ¡Que carajos!
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