Ser estudiente de la escuela publica.

Sobre un articulo de Edwin Vazquez

Como muchos en Puerto Rico, soy producto del sistema de educación pública, y puedo reconocer claramente de lo que hablas, más bien del lado del que observa como compañero de clases o como niño de bajo aprovechamiento académico. Por que mi problema fue el síndrome de la familia de un alcohólico con todos los problemas que arrastra, en mi caso, la falta de motivación. Fui testigo de muchos de esos Pepitos de la vida. Se por experiencia, que el sistema nunca ha sido bueno bregando con los estudiantes “problemáticos”, que no son otra cosa, que niños con hogares vacíos de emociones saludables, que muchas veces viven en un infierno de alcoholismo, drogadicción, desinterés, incesto y ¿quien sabe que mas? Pero lo más que pueden hacer es coronarlo con un amoroso TITULO 1, para que se sientan queridos. Para colmo, le ponen un maestro inexperto en conducta humana, que solo tiene el genuino interés de enseñar lo aprendido.

Claro que también contamos con los hijos de puta que nos marcaron con una regla gruesa las manos y los pies, por que su capacidad no daba para tanto. Tengo hermosos recuerdos de maestros ejemplares, que mas que enseñar, nos dieron una lección de valor humano, haciendo la diferencia. Somos emoción antes que nada, y si eso no esta satisfecho, no hay instrucción que valga.

Sin mencionar lo que complica el hecho de estar en momentos de cambios fiscos, de tener mil dudas en la mente, de la necesidad de pertenecer y de ser aceptado por los iguales, entre otros. No hay “Pepitos” que nazcan tirando bloques, ni rompiendo escobas, hay familias enfermas, hay padres irresponsables y hay sistemas obsoletos.